Dios desde la eternidad nos ha pensado, amado y soñado de una forma única y particular a cada uno de nosotros. Él nos hace tres llamados: a la existencia, a la santidad y a una vocación concreta. Las dos primeras, son un llamado universal; pero la tercera es la clave de nuestra felicidad.
“Desde la eternidad, Él (…) nos quiso criaturas, también nos quiso llamados, preparándonos con dones y condiciones para la respuesta personal, consciente y oportuna a la llamada de Cristo (…). Dios que nos ama, que es Amor, es <<Él quien llama>>”.
- San Juan Pablo II
Es un regalo, es una llamada de amor, es el encuentro con Dios mismo en el corazón que va más allá de las palabras. Es una experiencia única, pues en ella, Él nos revela lo que desea de nosotros.
“Él os ha elegido, de modo misterioso, pero real, para haceros con Él y como Él, salvadores; quiere transformaros en Él”.
- San Juan Pablo II
Podría parecer una locura que puede generar dudas e incertidumbre y es totalmente normal, sin embargo, toda locura de amor necesita un salto de fe, necesita confianza y abandono en Dios, porque Él es quien nos ha elegido, Él nos ha creado, Él nos ha amado y es Quien sabe qué es lo que nos hará más felices en la vida porque para ello fuimos creados.
“Su llamada es exigente, porque os invita a dejaros < pescar
- San Juan Pablo II
El descubrir la llamada a la vida consagrada es darse cuenta de que Dios te ha mirado y ha fijado sus ojos en tu pequeñez, te ha sonreído con dulce ternura y te invita a la entrega total en el amor.
Esta llamada es un misterio que uno siente en lo más íntimo y profundo de su ser. Y, ante esa mirada llena del amor más grande del mundo, el corazón enamorado es capaz de decirle que sí para entregarse sin medida.
“Por eso ante su llamada, adoramos el misterio, respondemos con amor a su iniciativa amorosa y decimos que sí a la vocación”.
- San Juan Pablo II
Es una vocación bellísima en la que Dios nos llama a estar a solas con el Amor mismo, a vivir en un diálogo y un encuentro continuo con Él a través del silencio y del recogimiento. Es una invitación a contemplarlo en los detalles pequeños del día y a amarlo sin medida en cada actividad de nuestro día.
“La auténtica vida se encuentra en Dios”.
- San Juan Pablo II
La vida contemplativa es un “sí” de entrega total, es un pequeño anticipo del Paraíso, pues somos almas llamadas a vivir con Dios y para Dios por amor.
Las contemplativas somos intercesoras de la humanidad, servimos a todo el Cuerpo Místico con exclusiva dedicación sin reservarnos nada.
Somos el corazón de la Iglesia, somos la fuerza del amor; somos cirios que se derriten de amor ante el Señor.
La experiencia Pasionista es una gran oportunidad para descubrir y profundizar en tu vocación. Es una forma de conocer a qué estilo de vida te llama Dios.
Te invitamos a hacer una experiencia con nosotras para descubrir si ésta es tu vocación.
Si quieres saber qué necesitas para hacer una experiencia...
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